Nota de Abraham Guerrero G.


Omar Bravo (28 años) controla su destino dentro y fuera de la cancha. El contrato del atacante con las Chivas termina en junio y la directiva rojiblanca no pudo renovarle. Omar no quiso firmar, sabedor de que en el verano podrá hacerlo por una mejor oferta. Espera que venga desde Europa y ahora se muestra con goles.

Se trata de uno de los jugadores con mejores resultados en la era de Jorge Vergara como dueño del equipo. Un delantero que no se ha callado nada, que ha sido castigado y ha vuelto para brillar. Es el segundo mejor anotador en la historia del Rebaño Sagrado. En el Clausura 2008, lo ha demostrado con cinco goles en tres partidos que han catapultado a los tapatíos al liderato general. Omar encendido se convierte en uno de los delanteros más efectivos del balompié nacional, más aún si se ha propuesto el ser visto por equipos foráneos en busca de ficharle.

Omar lo tiene todo en su favor: ha despertado en la Liga con cinco goles en tres partidos y jugará la Copa Libertadores, una vitrina de mayor peso internacional; su contrato termina en junio y será libre para elegir lo que más le convenga y las Chivas no recibirían nada. El chico insiste en Europa y el Racing de Santander le ha puesto los ojos encima nuevamente.

Las normas de la FIFA también le favorecen. Según el Reglamento sobre el Estatuto y la Transferencia de Jugadores, Bravo no tendría ningún problema para comenzar las negociaciones con otro club. “Un jugador profesional tendrá libertad de firmar un contrato con otro club si su contrato con el club actual ha vencido o vencerá dentro de un plazo de seis meses”, se lee en el artículo 18, inciso 3. De ahí el apuro de la directiva encabezada por Vergara para que renovara que le ofreció, incluso, ganar el doble de lo que percibe actualmente.

Pero aún cuando los números de Bravo lo colocan en una inmejorable posición en la historia del conjunto rojiblanco, la relación del delantero con Vergara ha sufrido un enorme desgaste desde 2006, cuando el atacante estuvo en la mira de diversos clubes europeos y no se sintió apoyado por los dirigentes tapatíos para fichar con alguno de los interesados.

Se habló —agosto— de que iría al Recreativo de Huelva y el Racing de Santander de España. Pero se quedó en Chivas: “La verdad estoy un poco desesperado. Ya el presidente de Racing habló con ellos, pero parece que su postura es no dejarme salir y tengo que ver las formas para salir”, comentó en esos momentos. “Definitivamente mi paciencia se agotó. Terminaré mi contrato con Chivas y me iré. Esa es la única realidad. Dos años y me iré”. La respuesta de Vergara fue mandarlo al Tapatío de Primera División A. Pero volvió y con goles contribuyó al campeonato del Guadalajara en el Apertura 2006.

Las diferencias entre Bravo y Vergara parecían olvidadas hasta diciembre de 2007. El Benfica se sumó a los clubes interesados en Bravo. El delantero trató de no entrar en polémicas, pero al no renovar con Chivas, Vergara explotó y reveló que Bravo tampoco quiso fichar en el extranjero: “Le conseguimos un equipo en Portugal, pero no se quiso ir. Tuvo oportunidades de irse a España, a Alemania, pero tampoco quiso irse”. Y remató: “Ahí muere”.

A todo esto, Bravo respondió como mejor puede, con goles. El delantero sinaloense se ha convertido, de nueva cuenta en el hombre gol del equipo. De mantener el ritmo que ha tomado podría igualar la suma de anotaciones con la que logró el campeonato de goleo —11 tantos en el Clausura 2007—, para atraer la mejor oferta y emigrar.

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