Omar Bravo se ha encontrado con un viejo amigo que lo ha acompañado durante toda su carrera futbolística y que ahora más que nunca necesitaba de su compañía, de su alimento y sobre todo de la confianza que le brinda estar cerca de el: el gol.

Tendría que ser ante el Pachuca, a quien desde ahora ya le ha marcado en seis ocasiones, cinco de ellas al mismo portero Miguel Calero y en un momento clave del partido correspondiente a la Jornada Seis del Apertura 2009, pues con una desventaja de 1-2, Bravo levantó la mano para cobrar la pena máxima cometida sobre Javier Hernández hacia los 75 minutos de juego.

Las esperanzas fincadas en el segundo mejor goleador en la historia de Chivas eran igual de incalculables que las gotas de lluvia que caían en su rostro al momento de plantarse frente a la pelota, justo a once pasos de distancia del gol que le daría el empate momentáneo a Chivas y que reanudaría los contadores estadísticos detenidos desde hace poco más de un año con la camiseta rojiblanca, cuando partió hacia su aventura por Europa.

El silbato sonó y Bravo disparó hacia la izquierda de Calero, ahí donde el colombiano se lanzó con cierta ventaja sobre el delantero al estar adelantado de la línea de gol y que por obvias razones tuvo argumentos suficientes para atajar el disparo que presagiaba un mal momento para los del Rebaño, pero la justicia apareció, el penal tuvo que ser repetido y ahí Omar Bravo sacó el coraje que lo caracteriza y el hambre de gol guardada desde hace tiempo.

Por eso en su segunda oportunidad Bravo Tordecillas tomó impulso, cinco pasos le fueron suficientes para imprimirle potencia, fuerza, certeza y colocación a una pelota que el portero Miguel Calero simplemente vigilaría cómo sacudiría las redes para provocar un estallido generalizado de ovaciones en el graderío del Inmueble de la Calzada Independencia.

"Uno tiene que seguir trabajando, tratando de estar en mejor ritmo, hacía tiempo que no jugaba en un partido los 90 minutos, esta noche me tocó y eso me pone mejor".

"Son decisiones que debes de tomar en el momento, estás tu solo frente a todo y es normal que te entre un poco de temor, de volver a fallar, pero son segundos en donde tienes que pensar en lo que sigue y tomar la pelota con responsabilidad"

"Un gol es un gol, ahora significó el empate del partido, pero si me siento un poquito frustrado porque siento que pudimos ganar, ya lo individual llegará con el tiempo. En mi caso lo más importante es que jugué un partido de 90 minutos, que tenía mucho que no lo hacía, que estoy tratando de forzarme para estar mejor físicamente y seguro que esta semana me vendrá muy bien".


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