El gran Ramon Morales

12 agosto 2011



  • “Uno siembra lo que cosecha”, reconoció
  • Se va agradecido con el cariño de la gente
Hay fenómenos sociales difíciles de explicar, pero sobre todo de comprender. Ramón Morales no surgió de la cantera de Chivas, y cuando llegó a la institución, lo hizo a la sombra de la salida de otro legendario futbolista que mutó los colores rojiblancos por los azulcrema. Llegó casi desapercibido. 




Pero con el tiempo se ganó el corazón de todos y cada uno de los pertenecientes a la nación Chiva: sería acaso por ser chiva confeso desde la infancia, será por su origen humilde, con raíces bien definidas, o quizá porque nunca perdió el piso, como muchos tantos que, apenas se vistieron la rojiblanca, se marearon y perdieron el piso. 

Al final de su carrera, se podría decir que Ramón Morales Higuera pasó a la historia y a la memoria colectiva de la afición del “Rebaño”, el alto grado de idolatría que Ramón provocó en la gente llega a niveles inalcanzables para muchos canteranos. A la fecha, sigue provocando melancolía en los corazones chivas, no quieren que se vaya. 

Ese fenómeno social tampoco lo llega a comprender el michoacano, medita, y no encuentra muchas respuestas, pero sí teorías, tal vez por esa misma humildad que no le deja ver la realidad con respecto a lo que su futbol desbordó en las tribunas. 

"Me deja sin palabras. Dentro de la cancha yo trataba siempre de dar mi máximo esfuerzo, entregarme, ser respetuoso" 
“Me deja sin palabras. Dentro de la cancha yo trataba siempre de dar mi máximo esfuerzo, entregarme, ser respetuoso y tratar de ver y sentir delotro lado, como están ellos, gracias a Dios me han dado ese cariño y es recíproco también”, dijo Morales, reflexionando sobre lo que ganó fuera de la cancha. 

Fue poseedor de una zurda fulminante y un desborde inalcanzable, dejó siempre todo dentro de la cancha, como aquella vez en que jugó un repechaje ante Cruz Azul con un brazo inmovilizado, y aún así regresaron de una goleada, sabe que recibió cariño de la gente a manos llenas, producto de lo que él también entregó por la causa rojiblanca. 

“Su cariño es muy grande, dicen por ahí que uno siembra lo que cosecha, el tener siempre el respeto de la afición y lo que yo les entregué, eso hace que pudimos haber tenido una buena comunicación. Al final, uno depende mucho de ellos y yo también era aficionado como ellos: vivía, vibraba, gozaba con ellos como si fuéramos parte de uno mismo”, dijo, recordando su amor por la camisa del Guadalajara. 

Sin embargo, a pesar de la evidencia, no se siente a un nivel de idolatría superlativo, mucho menos algo cercano a lo que, en la época de los cincuenta y sesenta lograron los “Campeonísimos”, desbordando la pasión de Chivas por doquier en el país. 

“No lo sé, creo que ellos (los ‘Campeonísimos’) han sido gente muy importante para la historia de Chivas, yo simplemente encontré el cariño que la gente me dio cuando llegué a Chivas, traté de aceptar esta historia, forjar la mía y espero que al final haya sido de su agrado”, agregó. 

Por último, envió un mensaje de agradecimiento a todos aquellos que siempre tuvieron una muestra de cariño, de admiración, de agradecimiento y sobre todo, de lealtad en las buenas y en las malas, algo que el propio Ramón no recibió desde otras esferas, a pesar de lo mucho que ofreció a Chivas como institución. 

“Les doy las gracias y que hoy damos un paso a un lado, vienen otras cosas nuevas y que voy a estar siempre con ellos pero gracias por todos los momentos en que siempre estuvimos juntos, el cariño siempre fue recíproco”, concluyó. 

Ahora, el camino del “capitán” llega a un punto de cambiar el destino, pero siempre firme a sus convicciones, fiel a sus creencias, y sobre todo, amante eterno de los colores de Chivas.

En sus 16 años de carrera utilizó únicamente cuatro números, el 25 en sus inicios con el Monterrey, luego ahí mismo le dieron el 16, posteriormente el 7 y cuando llegó al Guadalajara tomó el 11, siendo este último con el que más brilló en su carrera futbolista, a la cual ayer Ramón Morales le dice adiós.

La determinación no fue fácil de tomar, puesto que tenía alternativa de seguir jugando en la MLS, pero tras analizar lo mejor para él, en una decisión consensada con su familia, lo mejor, dice, es dar un hasta pronto; porque seguirá en el futbol, está estudiando la carrera de director técnico y mientras la culmina, incursionará en los medios de comunicación.

Se va agradecido con el futbol, con el cual dice estar eternamente gratificado y espera en un futuro no muy lejano regresar como director técnico.

Morales ha sido el último gran jugador por el sector izquierdo que recuerde la afición de Chivas, fue parte importante del último título que conquistó el Rebaño.

El “Moncho” jugó más de 250 partidos con la camiseta del Rebaño; incluso, portó el gafete de capitán. El zurdo de La Piedad, Michoacán, llegó a Chivas en el Verano 99.


Estadísticas de la carrera de Ramón

J.J.    Minutos    Goles    Amonestaciones    Expulsiones

494    37,537          70                    47                         3



Al zurdo Morales lo describe su madre como un tipo sensible, muy sentimental, de valores bien definidos y que siempre está dispuesto a ayudar a quien lo necesita, lo cual ha ratificado el propio ex jugador en el día de su retiro de las canchas. También es un hombre hogareño, que disfruta al máximo estar con su familia.

Morales no toma una gota de alcohol, esto debido a que su padre en su momento, bebiió mucho y eso no le gustaba al ex capitán del Guadalajara, motivo por el cual, no toma, ni fuma. Morales antes de ser futbolista trabajó en todo, vendió pantalones en los tianguis y luego comenzó a jugar al futbol, de donde su tío Francisco  Higuera lo metía en su equipo. Inició en la Tercera División de La Piedad y desde ahí comenzó su carrera hasta convertirse en un ídolo de Chivas.






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