El clásico esta vendiendo declaraciones, amenazas, expectativas, ilusiones, sueños... pero no boletos. El América-Chivas de este domingo luce, sí, como un partido devaluado, pero con suficiente morbo para alentar el interés.
Arrastrando nuevamente una temporada mediocre -último lugar del grupo- al America sólo parece quedarle el orgullo de vencer a su acérrimo rival.
Aunque muchos consideran que el America se juega la vida el domingo y que una derrota o un empate les deja fuera de la clasificación, a mí me parece que ese tema ya esta finiquitado. Estamos por ver y por oficializar el hecho de que por tercera liguilla consecutiva no contaremos con el America. Esa toda una afrenta para un club que nació y se desarrolló para jugar finales y ganar campeonatos.
Pero el America cree que ganando el domingo puede salvar parte del orgullo y la dignidad... y quizá tenga razón, o al menos será un consuelo bien recibido para sus pobres fanáticos que han sufrido tanto en la última época.
Tampoco es que Chivas tenga una temporada grandiosa ni nada por el estilo, pero se ha enrachado en la liga y tiene medio pie en las semifinales de la Copa Sudamericana y el equipo se ha revalorizado en la cancha.
Chivas es favorito el domingo, aunque seguramente entrará en escena la teoría de que este tipo de partidos se ganan con algo más que técnica, sistema, capacidad y que otros términos como personalidad, agallas y temperamento entran a la escena.
La cuestión del estadio, la localía del America no cuenta en este sentido. El Guadalajara puede y debe sentirse tranquilo porque contará con la mitad o hasta un poco más del estadio Azteca.
El choque tiene antecedentes, héroes, villanos, historia rica y fresca y en ese sentido no deja de ser atractivo.
El problema es el América. Sus actuaciones en la cancha dejan demasiado que desear y muchos de sus aficionados, incluso los más enconados, han dejado de creer en sus pretensiones. El América no juega como equipo y basa su fuerza en lo que puedan realizar alguna de sus individualidades, en este caso el portero Guillermo Ochoa o el atacante paraguayo Salvador Cabañas.
Lo de Chivas, en cambio, se significa más en un juego de conjunto, en una idea, en un plan que difícilmente traiciona el equipo. Eso no quiere decir que el Guadalajara no cuente con parajes donde recaiga en su nivel, pero esta claro que hoy, tiene más ánimo, mas corazón y sobre todo mas futbol que el America.
Es un clásico devaluado, pero siempre queda el morbo, el entusiasmo para algunos, la tristeza para otros, de ver cómo eliminan al America o tal vez cómo encuentra la forma de resucitar y soñar con algo.
Fuente: David Faitelson, ESPNdeportes.com
Arrastrando nuevamente una temporada mediocre -último lugar del grupo- al America sólo parece quedarle el orgullo de vencer a su acérrimo rival.
Aunque muchos consideran que el America se juega la vida el domingo y que una derrota o un empate les deja fuera de la clasificación, a mí me parece que ese tema ya esta finiquitado. Estamos por ver y por oficializar el hecho de que por tercera liguilla consecutiva no contaremos con el America. Esa toda una afrenta para un club que nació y se desarrolló para jugar finales y ganar campeonatos.
Pero el America cree que ganando el domingo puede salvar parte del orgullo y la dignidad... y quizá tenga razón, o al menos será un consuelo bien recibido para sus pobres fanáticos que han sufrido tanto en la última época.
Tampoco es que Chivas tenga una temporada grandiosa ni nada por el estilo, pero se ha enrachado en la liga y tiene medio pie en las semifinales de la Copa Sudamericana y el equipo se ha revalorizado en la cancha.
Chivas es favorito el domingo, aunque seguramente entrará en escena la teoría de que este tipo de partidos se ganan con algo más que técnica, sistema, capacidad y que otros términos como personalidad, agallas y temperamento entran a la escena.
La cuestión del estadio, la localía del America no cuenta en este sentido. El Guadalajara puede y debe sentirse tranquilo porque contará con la mitad o hasta un poco más del estadio Azteca.
El choque tiene antecedentes, héroes, villanos, historia rica y fresca y en ese sentido no deja de ser atractivo.
El problema es el América. Sus actuaciones en la cancha dejan demasiado que desear y muchos de sus aficionados, incluso los más enconados, han dejado de creer en sus pretensiones. El América no juega como equipo y basa su fuerza en lo que puedan realizar alguna de sus individualidades, en este caso el portero Guillermo Ochoa o el atacante paraguayo Salvador Cabañas.
Lo de Chivas, en cambio, se significa más en un juego de conjunto, en una idea, en un plan que difícilmente traiciona el equipo. Eso no quiere decir que el Guadalajara no cuente con parajes donde recaiga en su nivel, pero esta claro que hoy, tiene más ánimo, mas corazón y sobre todo mas futbol que el America.
Es un clásico devaluado, pero siempre queda el morbo, el entusiasmo para algunos, la tristeza para otros, de ver cómo eliminan al America o tal vez cómo encuentra la forma de resucitar y soñar con algo.
Fuente: David Faitelson, ESPNdeportes.com