"Se inscribe, por derecho propio, como una de las páginas más memorables en los anales del equipo más popular de México".Por supuesto, ese “show” de contundencia que dio el Guadalajara en su visita al Atlético Paranaense, se inscribe, por derecho propio, como una de las páginas más memorables en los anales del equipo más popular de México.
Si una semana antes la hoja de servicios de las “Chivas” se contaminó por las pifias de Sergio Rodríguez y porque el empate a dos en el Estadio Jalisco dejó sabor a derrota, un poco porque no se supo aprovechar la ventaja de jugar en casa y un mucho porque el rival se presentó con 14 suplentes, el martes se limpió, con creces, esa mancha: se ganó a domicilio; se ganó con claridad; se jugó sin complejos. Y lo más importante: se ganó a los titulares.
No tiene caso tratar de menospreciar el resultado. Por más que la Copa Sudamericana carezca del prestigio de la Copa Libertadores; por más que en este momento el Atlético Paranaense ande arrastrando la cobija y coqueteando con la posibilidad de bajar a la segunda categoría en el Campeonato Brasileño, la victoria dignifica a las “Chivas”, por supuesto... Y, de paso, al futbol mexicano en pleno.
Tiempos hubo --ya se apuntó-- en que a los jugadores mexicanos les temblaban las piernas cuando tenían la incumbencia de enfrentarse a equipos brasileños. No era un complejo de inferioridad el que se manifestaba: era conciencia de lo mismo...
Es probable que el Guadalajara, esta vez, llegara estimulado por la inyección anímica que significó la victoria en el Clásico del sábado pasado... y, además, apuntalado por el joven arquero Víctor Hugo Hernández. No porque ya haya elementos para clasificarlo como un futuro coloso de los marcos (sostener esa hipótesis sería tan aventurado como descartarla desde ahora), sino porque cumplió con creces: admitió tres goles, es cierto... pero no se tragó ninguno; y, en cambio, en tres o cuatro lances se ganó la estrellita en la frente, al evitar goles que parecían cantados.
En la página web del Atlético Paranaense se consignan dos frases de Geninho, su técnico, después de la derrota. Una: “Chivas llegó cuatro o cinco veces y nos anotó cuatro goles”. Otra: “La pelota parece estarnos quemando los pies; el jugador la controla y parece estar pensando: ‘Voy a deshacerme de esta maldita para no exponerme a ser criticado”.
CRÉDITOS: Informador Redacción / LEER
Si una semana antes la hoja de servicios de las “Chivas” se contaminó por las pifias de Sergio Rodríguez y porque el empate a dos en el Estadio Jalisco dejó sabor a derrota, un poco porque no se supo aprovechar la ventaja de jugar en casa y un mucho porque el rival se presentó con 14 suplentes, el martes se limpió, con creces, esa mancha: se ganó a domicilio; se ganó con claridad; se jugó sin complejos. Y lo más importante: se ganó a los titulares.
No tiene caso tratar de menospreciar el resultado. Por más que la Copa Sudamericana carezca del prestigio de la Copa Libertadores; por más que en este momento el Atlético Paranaense ande arrastrando la cobija y coqueteando con la posibilidad de bajar a la segunda categoría en el Campeonato Brasileño, la victoria dignifica a las “Chivas”, por supuesto... Y, de paso, al futbol mexicano en pleno.
Tiempos hubo --ya se apuntó-- en que a los jugadores mexicanos les temblaban las piernas cuando tenían la incumbencia de enfrentarse a equipos brasileños. No era un complejo de inferioridad el que se manifestaba: era conciencia de lo mismo...
Es probable que el Guadalajara, esta vez, llegara estimulado por la inyección anímica que significó la victoria en el Clásico del sábado pasado... y, además, apuntalado por el joven arquero Víctor Hugo Hernández. No porque ya haya elementos para clasificarlo como un futuro coloso de los marcos (sostener esa hipótesis sería tan aventurado como descartarla desde ahora), sino porque cumplió con creces: admitió tres goles, es cierto... pero no se tragó ninguno; y, en cambio, en tres o cuatro lances se ganó la estrellita en la frente, al evitar goles que parecían cantados.
En la página web del Atlético Paranaense se consignan dos frases de Geninho, su técnico, después de la derrota. Una: “Chivas llegó cuatro o cinco veces y nos anotó cuatro goles”. Otra: “La pelota parece estarnos quemando los pies; el jugador la controla y parece estar pensando: ‘Voy a deshacerme de esta maldita para no exponerme a ser criticado”.
CRÉDITOS: Informador Redacción / LEER
