La derrota de Chivas caló hondo a lo largo y ancho del país. No es fácil ver perder a las Chivas, por su prestigio y su grandeza es muy dificil de aceptarlo.

De favorito para llevarse el título por ser el superlíder, el Rebaño Sagrado paso a está más cerca de despedirse de la liguilla.

La caída de 4-1 ante Monterrey, en el juego de ida de Cuartos de Final, es un duro marcador, pero conocociendo la majestuosa historia del Rebaño, todo es posible, hasta una voltereta.

Efraín Flores no le quitó mérito al triunfo del equipo regiomontano, pero encontró en el árbitro Francisco Chacón a uno de los actores principales para perder.

Es que Chivas, desde que esta Efraín nunca había recibido cuatro goles, pero se sumaron varios factores para este resultado, el más fuerte, es el arbitraje que influyó muchisimo, pues tiró de entrada la estrategia del equipo. La expulsión de Ramón Morales y el inexistente penal marcado a favor de Humberto Suazo, son pruebas de lo tendencioso del arbitraje.

Y es que Ramón Morales desde hace mucho tiempo se sabe que no es de esa clase de jugadores sucios, no es de esos tipos que salga a dar una patada, no la dio, nunca la ha dado, fue una jugada con miles, nunca hubo fuerza inmedida o con intención. Y si hablamos del penal, que si el año pasado le pegaron un penal a Bravo y lo querían crucificar, esperemos que hoy crucifiquen también a Suazo, porque se dejo caer de una manera sucia y el árbitro se lo come.

Monterrey jugó bien y supo aprovechar las condiciones del juego para sacar ventaja en la Ida de los Cuartos, eso no hay duda, pero hay que decir las cosas como son: Chacón y su pésimo trabajo empañó el resultado.

Chivas de Corazon

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